Un hogar adecuado para un cachorro
La llegada de un cachorro a una familia es siempre un acontecimiento asombroso. Sin embargo, el cambio de entorno puede crear malestar en el recién llegado debido a la separación de su madre. Por lo tanto, es importante proteger al cachorro de interacciones no deseadas durante sus primeros momentos en su nuevo hogar. Es importante involucrarle a lo largo del día en pequeñas exploraciones del entorno que le rodea, dejando espacio y tiempo para que descanse tranquilamente. Para ayudar a facilitar la transición, existen feromonas sintéticas (collar, spray, difusor) que podrían ayudar al cachorro durante esta transición al imitar las que libera su madre durante la lactancia para proporcionar una acción satisfactoria y tranquilizadora.
¿Cuál es la edad adecuada para adoptar un cachorro?
Aunque el destete puede tener lugar entre las 4 y las 6 semanas de edad, nunca debe adoptarse un cachorro antes de cumplir las 8 semanas porque las interacciones con sus compañeros de camada y la presencia de su madre (que le guía, le apoya en su exploración con el mundo que le rodea y le asiste en el momento de malestar) son esenciales para ayudar al pequeño a modular su respuesta emocional e inculcarle normas sociales. Adoptar después de la 8ª semana de vida (periodo que se define como de "socialización") nos permite introducir en nuestro hogar a un cachorro que, de forma natural, muestra menos dependencia de su madre (figura de referencia clave que será sustituida por el dueño de la mascota) y se abrirá, si se le propone de forma adecuada, a las interacciones sociales y con el entorno con curiosidad.
¿Cómo preparar la casa para un cachorro?
El nuevo entorno vital debe organizarse de forma que el cachorro aprenda enseguida qué zonas están dedicadas a las actividades, cuáles al descanso, cuáles son accesibles y cuáles están prohibidas. Será esencial ser coherente a la hora de dar permisos, una comunicación precisa y ser creativo a la hora de idear juegos. También será importante mantener fuera de su alcance objetos que puedan resultar peligrosos o que no nos gustaría que se rompieran. El cachorro, al explorar el nuevo hogar, podría llevarse algunos objetos a la boca y correr el riesgo de ingerirlos.
Después de identificar y hacer seguras todas las zonas de peligro potencial del hogar, debemos incluir una zona segura para el descanso, un cuenco con agua (siempre a mano), comida (en momentos específicos) y una cesta con juguetes para utilizar juntos o durante el juego individual.
Todos los cachorros necesitan tener un lugar seguro al que sólo ellos puedan ir, un lugar en el que puedan relajarse y en el que tengan la certeza de que nadie les molestará. También necesitan sentirse parte del grupo, por lo que lo mejor es colocar la cama del perro cerca del dormitorio para que, a la menor petición (sobre todo en los primeros meses dentro del mismo hogar), se pueda dar apoyo al cachorro de forma inmediata.
Es importante que se respeten los tiempos fisiológicos de sueño, descanso y vigilia: un cachorro puede descansar hasta 16-18 horas durante el día (con ciclos de sueño profundo / sueño paradójico). Durante el sueño, se estabiliza todo lo que el cachorro aprende. La calidad del sueño influye en la capacidad de procesar y reorganizar experiencias y ayuda a transportar contenidos de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo.
Se puede trasladar una manta al interior de la casa y llevarla con usted cuando salga con ellos para que siempre tengan un "rincón propio", donde puedan aislarse y relajarse estén donde estén. Este rincón debe situarse siempre en lugares tranquilos, lejos de pasillos, ventanas y puertas comunes.